
Después de perder más de 60 libras mediante dieta y ejercicio, Megan, una diseñadora gráfica de 35 años que vive en Los Ángeles, se sentía más saludable que nunca. Tenía más energía, más disciplina y más claridad sobre sus metas en la vida. Pero su cuerpo contaba una historia diferente.
A pesar de su éxito, Megan se quedó con piel suelta en su abdomen y bolsas de grasa alrededor de su cintura que le impedían abrazar por completo su progreso. «Era como si mi cuerpo no hubiera recibido el memo», dijo. Su ropa no le quedaba como ella quería y, sin importar cuánto hubiera avanzado, aún se sentía estancada en el pasado cada vez que se miraba en el espejo.
Después de meses de investigación e indecisión, Megan programó una consulta con el Dr. Moein. Quedó impresionada por su reputación y su experiencia con pacientes que habían perdido mucho peso. Juntos, crearon un plan quirúrgico: una abdominoplastia para eliminar el exceso de piel y tensar su pared abdominal, combinada con liposucción para contornear su cintura y refinar su silueta.
El procedimiento marcó el paso final en un viaje que ya había requerido tanto coraje y dedicación. Cuando Megan vio sus resultados, se sintió abrumada por la emoción. Su abdomen estaba suave y firme. Su cintura estaba moldeada y definida. Por primera vez en años, se sintió como la persona en la que había trabajado tanto para convertirse.
Ahora, Megan está prosperando emocional y físicamente. Ella viste lo que quiere, se destaca más en las reuniones y reserva vacaciones en la playa con emoción en lugar de ansiedad. «Esta cirugía no fue el comienzo de mi transformación», dice, «fue el toque final».